“Que los alimentos sean tu única medicina”, dijo hace siglos el gran médico Hipócrates, advirtiéndonos también sobre la inconveniencia de comer carne de animales. Por ello, la finalidad de este libro no es otra que la de ofrecer todas las posibilidades curativas que tienen los alimentos que normalmente comemos, y dado que hasta ahora no se le han encontrado estas virtudes a los alimentos cárnicos (especialmente a los que proceden de mamíferos), está obligado únicamente en el estudio y aplicaciones de los alimentos procedentes de la tierra, los vegetales. Esto no impide que aquellas personas que no quieran renunciar a comer carne puedan mezclar ambos alimentos -vegetales y carnes- con el fin de lograr así ambos beneficios: el curativo y el gustativo. Sin embargo, hay que insistir en que el ser humano no necesita comer alimentos procedentes de otros animales y muy especialmente de los mamíferos. Los productos que nos proporcionan la tierra son suficientes para cubrir nuestras nutritivas y, al mismo tiempo, darnos un estado de salud óptimo. Si bien es cierto que ningún alimento o dieta nos pueden asegurar la salud ni la longevidad, las probabilidades de enfermar, y con ello deteriorar nuestra calidad de vida, son mucho mayores con la alimentación de mamíferos que con la vegetal. Mientras que la alimentación cárnica genera una larga serie de trastornos y enfermedades ampliamente demostradas, nadie cuestiona lo saludable que son los alimentos vegetales. Pero como la polémica sobre vegetarianos y carnívoros sigue vigente después de cientos de años, vamos a dar por zanjada esta cuestión y centrarnos en el propósito de este libro, que no es otro que el lograr una mejor salud mediante los alimentos naturales que proceden de la tierra.
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