Descripción del producto Es el marco inicial de una doctrina que ha ocasionado profundas repercusiones en el pensamiento y la visión acerca de la vida de una considerable porción de la humanidad. Su estructura está compuesta por cuatro partes que contienen 1000 cuestiones formuladas por Allan Kardec, el Codificador del Espiritismo. Aborda en forma lógica y racional las enseñanzas de los Espíritus desde los aspectos científico, filosófico y religioso. Independientemente de toda creencia o convicción religiosa, la lectura de este libro será de enorme valor, porque trata acerca de Dios, la inmortalidad del alma, la naturaleza de los Espíritus, sus relaciones con los hombres, las leyes morales, la vida presente, la vida futura y el porvenir de la humanidad, todos los asuntos de interés general y de gran actualidad. La moral de los Espíritus superiores se resume, como la de Cristo, en esta máxima evangélica: «Hagamos a los demás lo que quisiéramos que los demás nos hiciesen a nosotros». Esto es, hacer el bien y no el mal. En este principio encuentra el hombre la regla universal de conducta que puede guiarlo hasta en sus acciones más insignificantes. 366 páginas. Nota del publicista para la edición impresa: con el fin de hacer la lectura más disfrutable este libro se imprimió en formato 6” x 9”. Asimismo, el papel se eligió color crema el cual causa menos fatiga a los ojos que el papel blanco. Igualmente, todas nuestras publicaciones son cuidadosamente elaboradas en términos tanto de tipografía como de diseño. Sus comentarios son siempre bienvenidos a la dirección electrónica discoverypublisher.com/es/ — Gracias por elegir Discovery Publisher. Sobre el autor Allan Kardec fue el seudónimo del pedagogo frances Hippolyte Leon Denizard Rivail, quien es conocido hoy como el sistematizador del espiritismo. En 1854 Rivail fue iniciado en un pasatiempo popular de mediados del siglo XIX: intentar comunicarse con los espiritus de los muertos. Quedo convencido de la existencia de una región espiritual habitada por las almas inmortales de los muertos y de que era posible comunicarse con ellos. Su espiritu familiar le informo que en una existencia previa, en el tiempo de los druidas, habia vivido en la Galia y se llamaba Allan Kardec. Además, los espíritus le anunciaron por medio de diferentes medios que habían llegado los tiempos fijos por la Providencia para una manifestación universal y que, como ministros de Dios y agentes de su voluntad, ellos tenían la responsabilidad de instruir e iluminar a los hombres, dando Comienzo a una nueva era para la regeneración de la Humanidad. Profundamente impresionado por todo esto, Rivail comenzo a ordenar una inmensa coleccion de escritos psicograficos que le proporcionaron a sus amigos espiritistas. Empezo a asistir con regularidad a sesiones espiritistas, preparado siempre con una serie de preguntas que se le responde por medio de los medios de manera precisa, profunda y logica. Desde el mismo principio Rivail dejo claro que los Espiritus, siendo simplemente las almas de los hombres, no tienen ni conocimiento supremo ni sabiduria suprema; que su inteligencia depende del progreso que hayan hecho y que su opinion no es mas que una opinion personal.
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