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Fuego extraño: El peligro de ofender al Espíritu Santo con adoración falsa

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Extracto. © Reimpreso con autorización. Reservados todos los derechos. Fuego Extraño El peligro de ofender al Espíritu Santo con una adoración falsa By John MacArthur Grupo NelsonCopyright © 2014 Grupo Nelson Todos los derechos reservados. ISBN: 978-1-60255-964-6 Contenido Introducción: Por amor a su nombre, ix, Primera parte: Cómo enfrentar un avivamiento falsificado, 1. La burla del Espíritu, 3, 2. ¿Una nueva obra del Espíritu?, 19, 3. Probemos los espíritus (primera parte), 37, 4. Probemos los espíritus (segunda parte), 55, Segunda parte: Los dones falsos expuestos, 5. ¿Apóstoles entre nosotros?, 85, 6. La locura de los profetas falibles, 105, 7. Lenguas torcidas, 133, 8. Falsas sanidades y falsas esperanzas, 155, Tercera parte: Cómo redescubrir la verdadera obra del Espíritu, 9. El Espíritu Santo y la salvación, 179, 10. El Espíritu y la santificación, 197, 11. El Espíritu y las Escrituras, 213, 12. Una carta abierta a mis amigos continuacionistas, 231, Agradecimientos, 249, Apéndice: Voces provenientes de la historia de la iglesia, 251, Notas, 263, Índice, 313 , Índice de las Escrituras, 325, Acerca del autor, 333, CAPÍTULO 1 La burla del Espíritu llegó recientemente a mi escritorio una columna editorial de un sitio we bde noticias de áfrica. Mientras la leía, me llamó la atención por su honestidad contundente y super perspicacia. El artículo, aunque escrito por un hombre pentecostal, fue muy crítico con el caos que caracteriza el movimiento carismático en esa parte del mundo. Después de criticar la «extraña posesión del espíritu» y las «prácticas ritualesextrañas» del pentecostalismo de una manera general, el autor se centraba en elhablar en lenguas. Al observar a un hombre supuestamente lleno del Espíritu Santo, describió la escena frenética con estas palabras: Uno ve el cuerpo del hombre agitado por los espasmos, con las manos temblando, la voz trémula y en murmullos entrecortados como: Je-Je-Je-Jee -sús... Jeeesús... Je-Je-Je-Jee-sús... aassh... aassh... ah... aassh Jee-sús. Le siguen algunos tartamudeos del habla en lenguas: shlababababaJah-Jeey-Balika,un síndrome que el sicólogo estadounidense Peter Brent llama«una fijación del nacido de nuevo» y que un observador denomina como «unhimno distintivo pentecostal». Hace poco un ministro de una iglesia ortodoxa preguntó: «Si el sacerdote vudú poseído dice: "Shiri-bo-bo-bo-boh" en unbalbuceo entrecortado sobre el bastón negro que lleva, y el poseído cristiano nacidode nuevo recita: "Shala-ba -ba -bah-shlabalika" con su Biblia, ¿cuál sería la diferencia?». La pregunta retórica queda resonando en los oídos del lector. El autor continúa con una exposición punzante de un culto en una iglesia pentecostal, invitando a sus lectores a «ver un poco de oración poseída: algunas, especialmente las mujeres, comienza a brincar en una pierna como saltamontes, y otros ruedan por el suelo, volcando sillas y bancos. El orden y la disciplina se hanido, dando paso al caos ruidoso, a un murmullo estrepitoso». Con incredulidad, élse plantea la pregunta obvia: «¿Puede ser esta la manera bíblica de servir a Dios?». Una vez más, la pregunta retórica queda sin respuesta. Luego pasa a relatar la historia de un encuentro de oración pentecostal llevado a cabo unas pocas semanas antes, en el que una mujer «llena del Espíritu» cayó enéxtasis y derribó a un chico que hablaba en lenguas. Después de chocar contra losbancos, el muchacho se levantó, con un labio ensangrentado, y se lamentó en supropia lengua materna: «Ah, ¿por qué?». El incidente plantea más incógnitas sin respuesta. Nuestro autor se preguntapor qué al «que habla en lenguas por el Espíritu, en una fracción de segundo,comienza a sangrar los labios y habla en su dialecto nativo». No obstante, lo más importante que quiere saber es: ¿cómo puede el Espíritu Santo ser responsable de este tipo de caos? Como él mismo explica: «De hecho, este incidente hizo fruncir elceño de los espectadores y visitantes ansiosos: ¿cómo era posible que el Espíritu Santo en alguien derribara al Es

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